Hace dos días me fui con Magda a comer, no recuerdo que pedimos pero la chica que nos atendió nos hablaba en inglés, yo entendí que se lo dijera a Magda porque ella es rubia, súper blanca, ojos claros, porque es de Polonia, pero ¿ A mi?
Magda y y nos miramos y le seguimos el rollo, porque si se esforzaba en hablar en inglés no íbamos a cortarle la ilusión.
Aquí hay gente de todo el mundo y es obvio que no nosotras no somos de aquí, pero si vives aquí un tiempo eso se nota y dejas de ser un guiri.
Aquí en Barcelona se identifica muy rápido a un turista, con su mapa en las manos, sus cámaras de fotos, siempre va buscando el nombre de las calles, parados en las esquinas maravillándose de todo y de todos. Los hombres llevan sandalias de playa con calcetines blancos.

La verdad es que fue bastante divertido. Cuando ya salíamos pregunté algo, quería decirlo en inglés pero me salió en alemán. (Magda y yo sabemos algo de alemán, aunque lo tenemos bastante olvidado)
Luego hablando le digo ¿Qué haríamos si alguien nos escucha y se nos pone a hablar en alemán? Respuesta: Pues no le entenderíamos.
Nuestro día de guiris terminó después de unas compras, lástima que no llevamos la cámara de fotos.