Quería escribir algo sobre San Valentín pero la verdad es que nunca lo he celebrado, no creo mucho en esos días tan señalados, lo veo como algo meramente comercial. A veces el fondo es bueno pero en verdad no se necesita de un día concreto para manifestar el amor en cualquier sentido ya sea de amigos, de familia o de parejas. Por ejemplo el día de la madre. ¿De verdad existe un día de la madre?
Para mi San Valentín es el día de la amistad, recuerdo que nos escribíamos cartas con mis amigos pero no sólo el 14 de febrero, aún guardo con mucho amor y recelo una caja de zapatos llena de cartas de aquellos días, hay dibujos, fotos, cartas, postales, poemas, pensamientos, etc.
Recuerdo que cuando vivía en Lima salí con Zelma un 14 de febrero, yo le regalé un girasol, su flor favorita, y ella a mi una rosa, porque yo no tengo flor favorita. Hasta nos escribimos una tarjeta con dedicatoria. Las flores fueron un gesto como millones de detalles y regalos por días corrientes en el calendario. Porque la amistad y el amor se debe celebrar y demostrar cada día.
Yo doy gracias por los amigos que tengo, porque son parte de mi, porque han sido mi fortaleza, han sido ese abrazo, esa palabra y hasta ese grito cuando lo necesitaba. Porque a pesar de la distancia se que cuento que ellos, sé que puede sonar convenido por la fecha pero muchos de mis posts son sobre ellos, porque sin ellos no sería yo.
Yo doy gracias cada día por ellos, los quiero todos los días y me esfuerzo por demostrárselo.
Mientras escribo esto estoy pensando que en verdad yo no celebro con ímpetu los cumples, ni las navidades, ni fechas parecidas y creo que es porque siempre estoy celebrando.
Celebro con mi familia cada domingo que comemos todos juntos, cuando ceno sólo con mi madre, cuando me como un happy meal en el McDonals con mi tía, celebro con mis amigos cada vez que quedamos para charlar mientras tomamos un café, jugamos a las cartas, cantamos en el karaoke o paseamos por allí.
En diciembre fue mi cumple y todos me preguntaban que que me habían regalado y les dije que en verdad nada, todos al escuchar mi respuesta se asombraban. Yo les explicaba que en mi familia siempre nos estamos regalando cosas, mi madre ve algo y me lo regala, porque no es que me lo compre sino que hasta hace que lo envuelvan en regalo, mi tía hace lo mismo. Si saben que me gustó algo, unos días después llegan con una bolsa de regalo, yo he aprendido eso y también lo hago. En los cumples o días especiales salimos a comer todos juntos, nos regalamos tortas caseras, pantuflas, gorros y demás tonterías, porque en verdad son sólo un símbolo.
Estos últimos días me han atacado con comerciales sobre los regalos perfectos para esa persona amada, que si un viaje, unos días en un spa, relojes, etc.
Un buen regalo sería un te quiero cada día, pero no sólo con palabras sino también con hechos.
