¿SOY PERUANA DE VERDAD?

Cuando estuvimos en Madrid fuimos al Museo Reina Sofia, mientras esperábamos en la cola, me acerqué a ver unos aretes que me llamaron la atención.

Me agaché a ver si eran los aretes de huayruro que tanto ando buscando y cuando les explicaba a Magda y a Silvia como eran esas pepitas que tanto ansiaba, el hombre me miró y nos preguntó que de donde éramos. Le dijimos que veníamos de Barcelona y yo le respondí que era peruana, él me dijo que también era peruano, le sonreí. Me preguntó que de que parte, le dije que de Lima, él me dijo que era de Cajamarca.

Yo seguía mirando los aretes y él me preguntó que si conocía Cajamarca, le respondí que no, me dijo que ahí había muerto el inca Atahualpa que cómo no lo sabía, yo lo miré y le dije que no conocía, que nunca había ido.

Me increpó y me dijo que uno primero ha de conocer su país, que él se conocía todo el Perú, nosotras 3 lo miramos porque nos extrañó su cambio de voz y sus palabras, al lado había un argentino que vendía otro tipo de artesanía y le dijo que se calme, que no era la forma de vender, que no podía hablarnos así.

Yo lo miré desconcertada y me preguntó que cuanto tiempo estaba acá, le dije que 6 años y me respondió: Peor aún, porque deberías conocer todo, yo desde joven viajé por todo el país. Después acotó: Primero deberías conocer tu tierra antes de conocer otros países, los que son de Lima siempre dicen Lima, todo Lima. Todos dicen que son de Lima, yo soy de Cajamarca y no me avergüenzo de decir de donde soy.

Entonces yo ya me quedé de piedra y le dije que tenía suerte de conocerse todo el Perú, que yo no había podido y que si yo era de Lima no le podía decir que era de otra parte, porque tampoco he de avergonzarme por ser de Lima.

Él hombre siguió hablando y el argentino le decía que se callara. Luego de eso nos fuimos porque la verdad ya habíamos escuchado suficiente.

Rato después entramos al Reina Sofia y me olvidé del incidente, porque entre tanto arte había que centrarse y disfrutar.

Luego me puse a pensar en que aquel hombre en parte tenía razón, uno debe conocer primero lo suyo, pero ¿Qué pasa si no se puede? Por ejemplo, yo vivo desde pequeña con mi abuelo y me vine a Barcelona con 16 años, nunca tuve la oportunidad de viajar, porque como comprenderán yo era pequeña para viajar sola y mi abuelo tampoco tenía la salud ni las fuerzas para acompañarme.

Yo creo que al señor aquel le molestó que yo fuera de turismo a Madrid, pero a ver el billete a Madrid me costó 50 euros, eso no se compara ni de lejos a lo que vale un billete a Perú. Yo puedo ir a Perú sólo en agosto que es cuando tengo vacaciones y para esas fechas los billetes cuestan sobre 1100 euros. Yo trabajo desde los 16 años, me pago mis gastos, la universidad, los libros, etc. Cuando ahorro algo de dinero me gusta viajar, puede que no me llegue para irme muy lejos, por ejemplo hace mucho que quiero ir a París pero es demasiado caro para mi humilde presupuesto.

Lastimosamente conozco muy poco del Perú, he ido a Matucana, a Huancayo y alguna vez he ido al norte, no conozco nada más de mi país, pero ¿Quién era ese hombre para criticar mi pobre turismo nacional? ¿Él conoce mi situación familiar o financiera? ¿De verdad se me puede juzgar por eso?

Obviamente que me gustaría viajar a Perú más seguido, pero muchas veces no es posible. Yo amo a mi país, amo mis costumbres, amo mi acento. Pero ¿Por no conocerme todo el Perú soy menos peruana? Ojalá que no.