Hace unos meses en clase de metodología observacional, el profesor pregunto: ¿Qué pasa cuando llueves y sale el sol? y algunos respondieron: les bruixes es pentinen ( las brujas se peinan) y todos nos reímos porque obviamente no se refería a eso.
Esa frase es parte de una canción infantil muy conocida aquí, que yo aprendí mientras hacía mis prácticas en una guardería. Hoy mientras salía de mi edificio y miré al cielo para ver si llovía escuché a un niño que la cantaba y recordé esa época cuando iba cada tarde a estar con los niños.
La verdad es que era agotador pero muy satisfactorio, soy educadora infantil y aunque puedo trabajar con niños de 0 a 6 años, me decanto por los de 0 a 3 años.
El ver como aprenden a decir bien una palabra o cuando pasan de gatear a caminar como patos da una sensación indescriptible, no cambiaría esos momentos por nada.
Hace unos meses ya que dejé de estar en la guardería porque los horarios se cruzaban con mis clases en la u y extraño horrores a mis gorditos. A algunos aún los veo porque viven muy cerca de mi casa, veo como han crecido, muchos ya dejaron de ser rubios y cachetones.
¡Ay! no puedo dejar de sonreír al escribir sobre ellos, me han dado tantas alegrías aunque también muchos dolores de espalda.
Había una niña rubia de rizos a la que le encantaba mi cabello, siempre me lo cogía y me peinaba, yo le preguntaba ¿T'agrada? ella me miraba y yo le decía pues te lo cambio. Ella me ponía sus rizos en mi frente y después mi cabello marrón sobre su frente y se miraba al espejo.
En la guardería había una niña colombiana preciosa, un bebe calvito que hacía sonidos muy extraños, una chinita que era para comérsela, una pelirroja muy callada. Podría describir a cada uno de ellos, porque cada niño es diferente y especial, cada uno de ellos tiene un ángel que los hace únicos.
Los extraño, a veces siento que me fatal su alegría, su generosidad y su inocencia. Ellos venían y sin razones ni motivos me abrazaban o me daban un beso, recuerdo a un niño que aún no hablaba bien y un día me llaman para que escuche que había aprendido a decir mi nombre, fue un momento mágico y casi lloro de la emoción.
Espero de corazón volver a trabajar con niños muy pronto, porque ellos hacen que deje de ser trabajo y pase a ser felicidad.
1 comentarios:
Amar a los niños habla muy bien de ti, se que en el futuro serás una gran madre. Un beso.
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